Dentro de las empresas que ofertan viajes organizados al Camino de Santiago, no todas ofrecen los mismos servicios, aunque al ver las ofertas pudiera parecer que sí.
Lo primero que hay que tener en cuenta son los días que ofertan para la realización del Camino elegido. No es lo mismo realizar los últimos 100 kilómetros en cuatro días o en cinco, no es lo mismo empezar en Sarria que ya en el mojón que marca los últimos 100 kilómetros. Evidentemente un día más subirá un poco el precio de la oferta, pues será una noche más de hotel, una cena más, etc, pero nos aseguraremos un Camino con la realización de las etapas completas, con el tiempo necesario para su realización y no a la carrera como si de una competición de atletismo se tratara.
Lo segundo es la disponibilidad del coche de soporte o apoyo. El mismo debería estar durante toda la realización de la etapa y permanentemente a disposición de los peregrinos. Algunas empresas están contratando los servicios de taxis o coches que no están acompañando a los peregrinos mientras estos realizan la etapa. En caso de necesidad se ha de llamar por teléfono, indicar la posición en la que uno se encuentra y esperar a que el vehículo contratado aparezca para poder solucionar el problema. El peregrino debe asegurarse que el vehículo de apoyo, está durante toda la realización de la etapa, exclusivamente dedicado al grupo y siempre a su disposición.
El tercer punto es el traslado de equipajes. El peregrino debe poder llevar el equipaje que considere necesario. Una cosa es “aconsejar” sobre el peso o lo necesario para el Camino y otra muy diferente limitar que equipaje es el que se lleva. El traslado de equipajes entre las etapas tiene que estar incluido y debe realizarse desde el alojamiento de pernoctación al alojamiento en el que se pernoctará al finalizar la etapa.
Un punto fundamental es contar con un seguro de viaje. Todo peregrino debe contar con uno que debe estar incluido en el precio de la oferta. Gracias a Dios, el uso del mismo es mínimo dado que el Camino no representa un riesgo en ningún caso, pero se debe contar con él para cubrir posibles incidencias, lesiones o accidentes.
El Guía de Ruta o Guía Acompañante es otro de los puntos esenciales por varios motivos. El primero es el de la seguridad. Cuando un peregrino tiene un problema en la ruta, ya sea por lesión, cansancio o de cualquier otro tipo, lo que precisa es de alguien que se haga cargo de la situación y promueva la solución en el punto en el que el peregrino se encuentra, no que el peregrino tenga que estar llamando por teléfono a un “guía en la distancia” que posteriormente se traslade a buscar al peregrino que tiene la necesidad de él.
El segundo motivo, pero no menos importante, el acompañar y aconsejar a los peregrinos. No todos los peregrinos tienen la misma preparación y resulta fundamental el contar con un guía experto que debe apoyar, acompañar, etc, sobre todo a aquellos que más precisan de su apoyo, ya sea por su condición física, edad o simplemente por cansancio. No todos los peregrinos de un grupo tienen la misma condición o preparación.
Adicionalmente, el Guía de Ruta, ha de ir facilitando la información sobre el Camino, monumentos, lugares de interés, explicaciones históricas y de arte y por supuesto, servir de integrador para el grupo.
La presencia del Guía será permanente, pernoctando con el grupo y por tanto dando asistencia durante las 24 horas en las etapas del Camino. El peregrino siempre debe contar con alguien a quien dirigirse en caso de alguna incidencia o problema.
Esto sumado al guía de apoyo que con el vehículo de soporte va a estar permanentemente en la etapa, supone contar con dos personas siempre a disposición del grupo.
En cuanto a los alojamientos, estaríamos hablando de una parte fundamental para que El Camino contratado se convierta en un éxito o en un fracaso.
Sin querer menoscabar ni en ningún caso menospreciar ningún alojamiento, hay que tener muy claro que es lo que estamos contratando. No es lo mismo que nos ofrezcan pensiones y hostales, que una oferta basada en Casas Rurales, Pazos y hoteles. Las características, prestaciones no son las mismas. Realizar un Camino contando con alojarse en una de las maravillosas casas rurales que lo pueblan, en uno de sus pazos llenos de encanto o en un hotel confortable y bien equipado, nunca puede compararse con un hostal o pensión, por mucho que nos quieran vender la calidad de los mismos. Evidentemente hay que ver la diferencia de precios y que la misma nos compense, aunque en la realidad, dentro de las ofertas que hay en el mercado no hay gran diferencia de precios aunque sí de oferta. Lo mejor es asegurarse del tipo de alojamiento ofrecido, incluso saber el nombre del alojamiento y poder consultar el mismo.
Por supuesto, las cenas y los desayunos deben estar incluidos en el precio ofertado. Solo las comidas, que por circunstancias de la ruta se realizan en el Camino deben estar excluidas, teniendo en cuenta que hay numerosos bares y restaurantes durante la etapa donde comprar un bocadillo o pedir un menú, aunque en general no es conveniente realizar paradas excesivamente largas durante la realización de la etapa y con un bocadillo será suficiente (si se ha desayunado correctamente) para concluir la etapa.
Por último, señalar que el Camino no debe tener un coste “adicional”. Una vez que se ha realizado el pago a la empresa que va a llevar el grupo, el gasto del peregrino no debe pasar del bocadillo de la comida y la cerveza o refresco que tome. Lo demás debe estar todo incluido.
Siempre podemos asegurarnos de lo que ofrece la empresa tanto solicitando la información detallada a la misma, como viendo los comentarios que los peregrinos van dejando en las páginas de facebook o cualquier otra red social, incluso poniéndonos en contacto con ellos, que siempre nos darán una información fiable y nos ayudarán al darnos la información de su propia experiencia.
Elegir correctamente, entre las empresas que brindan estos servicios, será el primer paso para que nuestro Camino sea un éxito y una experiencia inolvidable