Hoy el ruido ha desaparecido. La etapa transcurre desde la salida de Tres Cantos por sendas en el campo, solo interrumpidas por algún arroyo que debemos cruzar y siempre teniendo en el horizonte la Sierra de Guadarrama, ahora nevada, la cual deberemos ascender los próximos días.
La etapa es corta, pero es la mejor forma de ajustarse después de las dificultades de la salida de Madrid, a las etapas más o menos marcadas que forman el Camino de Madrid a Santiago. En todo caso, siempre estaremos en una pequeña ascensión dado que nos vamos acercando paulatinamente a la montaña. No es perceptible al caminar, pero lo notaremos al final de la etapa.
El paisaje es sereno y siempre discurre entre fincas ganaderas donde alternan tanto los rebaños de ovejas como el ganado vacuno que nos miran pasar sin prestarnos gran atención.
Mojón de la Comunidad |
Ahora si encontramos muy señalizado el camino, con sus inconfundibles flechas amarillas y adicionalmente los mojones que ha puesto la Comunidad de Madrid señalizando la ruta.
Casi desde el comienzo de la etapa, podemos vislumbrar a lo lejos nuestro destino, Colmenar Viejo y sobresaliendo la torre de su iglesia parroquial, lo cual puede llevarnos a creer que estamos más cera del final de etapa de lo que realmente es
Colmenar y la Sierra |
Es un sueño, estar tan cerca de Madrid y poder disfrutar de este paisaje, de estas vistas magníficas de la montaña y del silencio que nos hace sentir más profundamente que nos encontramos en el Camino de Santiago.
Ayuntamiento de Colmenar Viejo |
Solo en el último kilómetro, que da acceso a Colmenar Viejo, dejaremos el camino de tierra para pasar al asfalto. Ascenderemos a la población dejando a mano derecha el cementerio y las flechas, que siguen muy presentes, nos llevarán hasta la Plaza Mayor donde se encuentra el Ayuntamiento y donde muy amablemente sellarán nuestra credencial.
Pues la verdad, decepción total. Me informé de que esta etapa del camino empezaba en la estación de Renfe-cercanías de Tres Cantos, pero allí no había ninguna indicación. Unos ciclistas me dijeron que había que ir hacia el carril-bici y me explicaron dónde se cogía (hay que pasar por debajo de un puente para dejar atrás las vías del tren), pero luego, al llegar al carril-bici, no había flechas ni indicaciones. Posiblemente estaban borradas y, de haberlas, no eran perceptibles y se confundían con cualquier otra señal o marca del suelo. Así que interpretamos que había que seguir el carril-bici, pues los ciclistas nos informaron de que éste llegaba a Colmenar Viejo. El resultado es que anduvimos unos 11 kms. por el carril-bici, siendo así que éste no está concebido para peatones, sino sólo para bicicletas, y de hecho es bastante peligroso ir andando por el carril-bici. Supongo que el camino de Santiago discurriría por otro sendero, pero ya digo que la señalización es pésima, o peor aún, inexistente. Uno esperaba encontrar las consabidas flechas amarillas, pero no. Una pena y una gran decepción. A partir de ahora ya sé que, tristemente. el camino de Santiago desde Madrid se parece a una estafa.
ResponderEliminarEfectivamente, la etapa que nos lleva de Tres Cantos a Colmenar tiene una parte, un tramo que coincide con el carril bici, pero si se encuentra señalizado con las siempre presentes flechas amarillas.
EliminarEl Camino de Santiago, no solo en esta ruta de Madrid, sino el lo que se conoce como el Camino Francés, tiene muchos puntos que él mismo se encuentra paralelo a la carretera y en algunos casos, hay que transitar por el arcén de la propia carretera.
Que decir, del paso de los cliclistas por el Camino (evidentemente con todo el derecho), que de una forma constante circulan por el mismo, sobre todo en el tramo que desde Sarria nos conduce a Santiago. Los peregrinos en base al respeto de los derechos de cada uno, han articulado una perfecta convivencia.
En todo caso, si la etapa no fue lo esperado, evidentemente cada persona tiene sus gustos y preferencias, la siguiente etapa, la que nos lleva de Colmenar Viejo a Manzanares el Real, presenta una ruta totalmente distinta, toda ella por el campo, sin un solo momento de asfalto, por una ruta preciosa que nos va acercando a la montaña y a una de las etapas de mayor dureza del Camino a Santiago.