Como en todas las empresas y negocios, en el Camino de Santiago, existen toda clase de ofertas y posibilidades a la hora de elegir, pero, dadas las especiales circunstancias de un viaje de este tipo, hay que tener especial cuidado y revisar con detalle las ofertas que se nos presentan.
Uno de los requisitos que más deben cuidarse a la hora de la elección es el relativo al alojamiento donde pernoctaremos cada una de las noches.
La realidad es que en los últimos 100 km del Camino Francés de Santiago, el que parte desde Sarria, la oferta de alojamientos de calidad es muy limitada y por tanto, con alguna oferta podemos terminar donde no pensábamos.
Lo primero que tenemos que asegurarnos es el nombre del alojamiento, de esta forma podremos comprobar personalmente, en su web, a través de los comentarios, etc, la calidad del mismo. Siempre debemos desconfiar de aquellas ofertas, que ofreciendo un alojamiento determinado, no incluyen el nombre del mismo, dado que en algunos casos, las fotografías que se nos muestran pueden no corresponder a la realidad o calidad que contratamos, o pensando que contratamos un hotel, casa rural o pazo, terminemos en otro tipo de alojamiento.
También es importante concretar los servicios de que dispone la habitación, baño completo o solo ducha, por ejemplo, dado que un servicio no es igual que el otro.
En cuanto a la opción de guías, hay que tener sumo cuidado. Hay empresas que ofrecen el servicio de guía acompañante o guía de ruta o indican que el grupo será guiado. Hay que concretar con exactitud en qué consiste este servicio. El guía acompañante debe, como indica su nombre, acompañar al grupo, caminando con el mismo durante la realización de la etapa.
Si el peregrino tiene un problema en la ruta, problemas que suelen ser en general provocados por el cansancio o alguna pequeña lesión, el guía acompañante ha de estar allí, en el mismo sitio que el percance se produce. Esto es lo que se contrata y paga y por lo tanto el servicio que se ha de prestar.
Adicionalmente, habrá otra persona de la empresa en el vehículo de apoyo, para si es preciso recoger al peregrino y trasladarlo al alojamiento o al centro de salud si ello fuera necesario.
El peregrino, que paga el servicio de un guía, tiene el derecho a estar acompañado en todo momento durante la realización de la etapa y si se produce un incidente, el ser recogido y trasladado por otra persona de la empresa con el vehículo de apoyo, de tal forma que la persona lesionada o cansada es atendida en el sitio y además el grupo, no deja de contar en ningún momento con un guía.
Hay empresas que lo que ofrecen realmente es un servicio de guía en el vehículo de soporte, al cual hay que llamar por teléfono si surge alguna incidencia y con el vehículo se transporta al sitio o al lugar de acceso con vehículo más próximo a recogerlo..
Evidentemente las dos circunstancias explicadas no son las mismas. No es lo mismo atender un problema sobre la marcha, que esperar a que alguien tras localizarlo telefónicamente venga a prestar la ayuda. Mucho cuidado con esto, cada uno es muy libre de elegir entre las opciones, pero cuando uno quiere un guía que le acompañe, no debe aceptar que el guía no esté en el Camino con el grupo.
De la misma forma, cuando contratamos un servicio de guía acompañante o de ruta, estamos accediendo a la información en el Camino sobre monumentos, historia, arte, tradiciones, etc, que el mismo nos debe ir impartiendo durante la realización de la etapa. Cuando el guía está en un coche de apoyo, sin caminar con el grupo, difícilmente puede impartir esta información.
A más, debemos tener claro, quien nos imparte la información, pues no es lo mismo que nuestro guía sea un licenciado en historia o en arte, además de un experto en el Camino y en senderismo, que una persona sin esa formación, que lo más que nos va a transmitir sea la información que cualquier guía de viaje nos indica.
Otro punto esencial, para que nuestro Camino sea un éxito, es la duración del mismo. Debemos tener claro a la hora de contratar que tipo de Camino queremos realizar pues hay numerosas ofertas en el mercado.
Las ofertas para los últimos 100 km, suelen oscilar desde los 4 a los 8 días. Es evidente, que no puede ser igual, pues realizar los 111 km que separan Sarria de Santiago en cuatro días, implica un viaje “casi a la japonesa”. Para empezar, ni siquiera empezaremos a caminar en Sarria, si no que nos trasladarán al mojón de los 100 km, para reducir tiempos.
Cada uno, debe elegir la oferta, indudablemente en relación a su disponibilidad de tiempo, pero siempre contando lo que implica realizarlo de una forma muy breve.
Hay por tanto numerosas empresas y servicios para realizar el Camino, muchas de ellas muy buenas, pero es el peregrino, quien debe comparar y, tener muy claras las opciones y lo que desea contratar y pagar, para que el Camino, cuente con los servicios que el realmente ha contratado.